Hace un tiempo, necesité unos zapatos amarillos para cierto evento. El caso es que no quería gastar dinero en algo que no me pondría más, sobre teniendo en cuenta que el color no está entre mis favoritos. Así que me puse manos a la obra y decidí reciclar unas sandalias que ya no me ponía y que estaban algo estropeadas.
Material:
- Zapatos.
- Plumas (las mías las compré en Tiger, una caja vale 1 euro).
- Una pistola de silicona.
- Cinta de raso o un trozo de tela.
Realización:
- Medir la parte que queremos cubrir y cortar la cinta dejando un trozo de más por cada lado para poder pegar al zapato.
- Cubrir el trozo con plumas utilizando la pistola de silicona, aunque también se puede usar otro adhesivo especial. Recomiendo colocarlas todas en una misma dirección.
- Pegar el trozo al zapato (también se puede coser para asegurar que no se rueda). En mi caso las sandalias se atan con unos cordones a los que también pegué un par de plumas en cada extremo.
- ¡Y listo!
Como habrán visto, un DIY muy sencillo, pero que me sacó de un apuro. ¿Qué te parece? ¿Te gusta la idea?